HISTORIA DE LA KOMBUCHA
Los
orígenes de la kombucha son inciertos, existen numerosas evidencias de que ha
sido una bebida conocida y apreciada en muy diversos países, épocas y culturas.
Los
primeros registros históricos que hacen referencia a la kombucha proceden de la
dinastía Tsim, en el siglo III antes de nuestra era, época en la que era
conocida como “El té divino” y “La medicina de la inmortalidad.” Sin embargo
los alemanes Steiger y Steinegger sitúan su origen en la antigua Rusia. De
cualquier modo, existen evidencias de que la kombucha
era conocida hace ya más de
2,000 años tanto en Rusia como en China, Filipinas, la India y Japón.
Una
prueba de la amplia difusión de la
kombucha son los diferentes nombres que con el transcurso del tiempo ha ido
acumulando. Günter Frank cita más de 70 nombres distintos.
Una tradición cuenta lo siguiente: En el año 414 a.C. un monje tibetano llamado
”Kombu” fue a la casa real del emperador Inkyo y este probó la bebida y la disfrutó tanto que quedó prendado de
inmediato. Recomendó la fabricación en todo su imperio.
“Kombucha” significa “té de Kombu”.
“Kombucha” significa “té de Kombu”.
La Kombucha es té fermentado, y para procesarlo
hace falta té, azúcar y una serie de hongos y microorganismos que son los que
le darán las propiedades de las que todo el mundo está hablando. Estos hongos
son como la masa madre en el pan o los hongos lácticos en los yogures, a este
hongo se le conoce como SCOBY (Symbiotic
Culture Of Baceria and Yeast)
Estos hongos lo que hacen es crear una
capa en la parte superior del bote donde se ponga a fermentar.
¿CUÁLES SON SUS PRINCIPALES BENEFICIOS?
Los beneficios que se le atribuyen son
muy variados. Además de potenciar el sistema
inmunológico y de tener un poderoso
efecto desintoxicante, numerosos testimonios le
acreditan cualidades tan diversas como:
– ser ligeramente laxante y evitar el
estreñimiento.
– aliviar la artritis.
– limpiar el colon y la vesícula.
– mejorar la digestión.
– eliminar las canas (el cabello blanco
recobra en muchos casos su color natural).
– aliviar el asma.
– regular el apetito y eliminar la grasa
corporal excesiva.
– aliviar el estress.
– mejorar la visión, especialmente en los
casos de cataratas.
– eliminar dolores de cabeza y migrañas.
– aliviar las molestias de la
menopausia.
– eliminar el acné, la psoriasis y otros
problemas cutáneos.
– reforzar el cabello y las uñas.
– potenciar el sentido del olfato.
– eliminar las infecciones de cándida.
– bajar el nivel de colesterol.
– bajar la presión sanguínea.
– dar elasticidad a los vasos
sanguíneos.
– mejorar el funcionamiento del hígado.
– promover la longevidad.
– eliminar las manchas oscuras que con la edad
aparecen en la piel
– regula
la flora intestinal
– tiene efectos antivíricos y antibacterianos
– activa la defensa del cuerpo
– desintoxica el organismo
– mejora la digestión de las proteínas
– estimula la circulación
– facilita la absorción de minerales
– activa las funciones del páncreas
– equilibra la glucosa sanguínea
– aumenta la secreción de azufre fisiológico, vitamina B12 y vitamina K
– aumenta el bienestar
– aumenta la capacidad física
– tiene efectos antivíricos y antibacterianos
– activa la defensa del cuerpo
– desintoxica el organismo
– mejora la digestión de las proteínas
– estimula la circulación
– facilita la absorción de minerales
– activa las funciones del páncreas
– equilibra la glucosa sanguínea
– aumenta la secreción de azufre fisiológico, vitamina B12 y vitamina K
– aumenta el bienestar
– aumenta la capacidad física
MODO DE PREPARACIÓN
Antes que nada es necesario tener listos todos los ingredientes
y utensilios que se van a utilizar. Es primordial tener en cuenta que hacer kombucha o cualquier tipo de fermento, requiere
paciencia. Por ello, fermentar no sólo aporta nutrientes y organismos
beneficiosos a nuestra alimentación. También nos ayuda a comprender y a
apreciar el valor del proceso. La espera vale la pena.
INGREDIENTES
Un SCOBY
(Hongo)
Té
Azúcar
Cultivo
iniciador (té fermentado de un lote anterior).KOMBUCHA
UTENSILIOS
Una olla grande de acero inoxidable o porcelana en buen estado.
Una cuchara de madera
Un
recipiente de vidrio, para la fermentación (de1 litro, 2 litros, 3 litros)
Una tela
de algodón limpia o un filtro redondo de café
Una liga
o un elástico
Una
coladera
PARA UN
CULTIVO SANO (SCOBY)
|
Proporción
de Agua
|
Cantidad
de Té
|
Cantidad
de Azúcar
|
Cantidad de KOMBUCHA
(Cultivo Iniciador)
|
|
1 litro
|
1 1/2 cucharadita de
té en hojas o 2 bolsitas de té
|
1/4 taza o 55 gr
|
1/2 taza
|
|
2 litros
|
3 cucharaditas de té
en hojas o 4 bolsitas de té
|
1/2 taza o 110 gr
|
1 taza
|
|
3 litros
|
4 1/2 cucharaditas
de té en hojas o 6 bolsitas de té
|
3/4 taza o
165 gr
|
1 1/2 tazas
|
HIGIENE
Una vez listos los
ingredientes y utensilios, es necesario lavarse bien las manos con jabón,
quitarse los anillos
También
hay que lavar y enjuagar a conciencia y
enjuagar todavía mejor el bote y todos los utensilios que entrarán
en contacto con el SCOBY.
El
recipiente de vidrio donde se va a
fermentar el té, se puede lavar con
jabón normal y agua caliente, debe enjuagarse perfectamente. También se puede
usar vinagre blanco para enjuagar.
PROCEDIMIENTO:
1. Hervir el agua
en una olla esmaltada, de acero inoxidable o de cristal . ¡Evitar
cualquier utensilio de aluminio!
2. Cuando haya hervido durante cinco
minutos añadirle el azúcar y dejar que hierva dos o tres minutos más.
3. Quitar la olla del fuego e introducir
las bolsitas de té verde ( que no tengan grapas metálicas).
4. Dejar que el té repose en el agua
entre 15 y 20 minutos.
5. Transcurrido ese tiempo sacar las
bolsas de té y dejar que el líquido se enfríe. Cuando haya alcanzado una
temperatura cercana a la del medio ambiente, pasarlo al recipiente donde se va
a fermentar.
6. Añadirle el té ya fermentado.
(KOMBUCHA)
7. Colocar con cuidado el cultivo sobre
la superficie del líquido. No importa si se hunde.
8. Colocar la tela o filtro de
café, sobre la boca del recipiente de
fermentación y sujetarla firmemente con una goma o elástico.
9. Situar el recipiente en un lugar
tranquilo, donde no reciba humo de tabaco,
ni los rayos directos del sol y dejarlo reposar entre 8 y 14 días,
dependiendo de la temperatura ambiental. Durante la fermentación, desprenderá
un cierto olor ácido o incluso avinagrado, es necesario tener lo en cuenta a la
hora de seleccionar el lugar donde se va a dejar. No es conveniente moverlo,
pues ello puede alterar y retrasar el proceso. Durante la fermentación el
azúcar es descompuesto por la levadura y convertido en un gas (CO2), varios
ácidos orgánicos y otros compuestos químicos, siendo el conjunto de todo ello
lo que da a la kombucha su característico sabor.
10. Entre 8 y 14 días después (en climas
templados) se podrá ya cosechar el delicioso té. Al quitar la tela veremos que
en la superficie se ha formado otro cultivo (el “hijo”), si el primero quedó
arriba tal vez ahora estén los dos pegados y será necesario separarlos. Para checar el sabor del te hay que meter con cuidado un popote , lo más
cerca del fondo del recipiente, intentando molestar lo menos posible al
nuevo SCOBY que se ha formado en la parte superior del líquido. Después, tapar con
un dedo el orifico superior del popote, sacar
el popote del recipiente y echa el líquido atrapado en el a un vasito y
probarlo.
En
este punto, tu kombucha ya tendrá un sabor
ácido del fermento.
Para cosecharlo en el momento apropiado según el gusto particular de cada
quien, pues unos lo prefieren más dulce y otros mucho más ácido.
Es más,
algunas personas prefieren su kombucha tras haber fermentado tan sólo una
semana. Mientras que otros prefieren por una fermentación de 2 o 3 semanas. No
obstante, que en los períodos más
cortos de fermentación dan como resultado una bebida más dulce. Por
el contrario, con los períodos más largos, obtenemos una kombucha con un sabor
más ácido, tirando a avinagrado.
11. Pasar el té a botellas o frascos y
guardarlo en el refrigerador (se puede colar si se desea). Las botellas no
deben llenarse hasta arriba y es conveniente utilizar tapones de corcho o de
plástico sin rosca, para evitar que a causa del gas carbónico pudieran
estallar. El proceso de fermentación sigue en el refrigerador aunque a menor
ritmo. No olvidar dejar ½ taza del líquido fermentado para
añadirlo a la nueva fermentación.
12. Iniciar todo el proceso de nuevo.
Para la siguiente fermentación se puede utilizar indistintamente el cultivo
nuevo o el viejo. El sobrante se desecha (mejor no tirarlo en el WC, pues según
algunos podría seguir creciendo y llegar a taponar los drenajes). El sedimento
de levadura que se va formando en el recipiente de fermentación se puede dejar
en él, si bien cada dos o tres meses es conveniente tirarlo y lavar el
recipiente con agua muy caliente.
Por
último, otra cosa a tener en cuenta es que la kombucha no se fermente cerca de
otros alimentos fermentados. Como por ejemplo, el kefir, el yogur o el chucrut.
La contaminación cruzada de levaduras y bacterias puede ser problemática para
el SCOBY y el resto de fermentados con los que estés trabajando.
Cuando
tu kombucha tenga el sabor que te gusta, habrás terminado. ¡Enhorabuena! ¡Has
fermentado tu primer lote de kombucha!
PASOS A SEGUIR
QUE CANTIDAD SE DEBE
TOMAR
Muchos toman un litro al día y esa era precisamente la
dosis que se administraba a los pacientes de algunos hospitales militares rusos
a principios del siglo. En realidad no hay límite alguno para la cantidad que
se puede llegar a tomar, siempre que se cumplan dos condiciones muy
importantes: comenzar de un modo gradual y beber mucha agua durante el día.
Debe iniciarse
tomando 100 ml. al día durante la primera semana (un tercio de vaso), aumentado
la segunda semana a 200 ml. y la tercera a 300 ml.
A partir de la tercera semana se puede seguir
aumentando paulatinamente la dosis, sin embargo la opinión generalizada es que
un vaso grande de kombucha al día es suficiente para aprovecharse
de todas sus cualidades benéficas.
Si se manifestara alguna molestia o algún síntoma
raro, reducir todavía más la dosis y esperar una semana antes de aumentarla de
nuevo.
¿Cuál es tu opinión sobre la Kombucha? ¿Ya la habias hecho alguna vez’
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